La llama, originaria de la Cordillera de los Andes en América del Sur, es un miembro domesticado de la familia de los camellos conocido por su carácter amable y su utilidad versátil. Con un pelaje grueso y lanudo de varios colores, las llamas están bien adaptadas a los duros climas montañosos, donde sirven como valiosos animales de carga, capaces de transportar cargas pesadas sobre terrenos accidentados. Reconocidas por su inteligencia y seguridad, las llamas también se han convertido en compañeros populares y animales de terapia en muchas partes del mundo.